Comenzaban las vacaciones de Semana Santa de la mejor manera posible, y es que nos desplazábamos a Somo para presentar a mi hermano, cuñada y sobrinos al nuevo miembro de la familia. Tras comer en el porche al aire libre con todas las medidas sanitarias y respetando los ratios en estos menesteres, bajamos al pueblo debido a que mi sobrino tenía clase de surf en la Escuela Cántabra de Surf junto a sus amigos y compañeros de clase. Esto de las burbujas es lo que tiene. Las olas estaban bastante bien con un metro pasado en el pico de moda en la playa junto a la antigua duna grande. No me lo pensé ni un segundo y tenía claro que era mi momento de volver al agua encima lo haría junto a mi hermano que también se había motivado viéndolo desde el muro del parking pequeño cuando veíamos a los alumnos de esa sesión de la fábrica yendo hacía la zona del Puntal.
Todo cambio en un momento cuando mi hijo me dijo Papa quiero surfear, zassssscaaaaa, me dio un vuelco al corazón. Dia impresionante con buena temperatura, marea subiendo, olas propicias para aprender y el enano con unas ganas locas de ir al agua. Como comprenderéis el manda, jajaja, así que cambio de planes, por lo que alquile un traje 4/3 para él en la escuela anteriormente mencionada y fui al club para cambiarnos. Escogí coger un corchopan 7 pies para mi y él se decantaría por ir con mi bodyboard. Un acierto en toda regla, ya que hemos conseguido que tenga total autonomía, cara de satisfacción y ha salido encantado del agua. Con la tabla generalmente sale frustrado y se cansa rápido de ella, supongo que debido a que como no lo consigue al 100% le aburre y decide siempre dejarla en la orilla para jugar con las olas bañándose o bien haciendo bodysurf. Hoy todo lo contrario, tras darse un chapuzón mas el bodysurf habitual tras el calentamiento, cogió el paipo y no paro de coger espumas. Mas de veinte. Record sin duda alguna en su haber.
La sesión pues como todas las que hacemos con los niños con diferentes tipos de juegos para hacérselo ameno y divertido. Estaríamos en torno a la hora aproximadamente enfrente de la entrada del club. Estaba genial porque no había corriente, poca gente en el pico y además al estar lejano nunca llegaban a la altura en la que nosotros nos encontrábamos. En los juegos competitivos me gano, jajaja, se trataba de ver quien avanzaba mas o para que me entendáis quien acababa mas cerca de la orilla. Tenia ventaja porque las quillas me frenaban jajaja aunque no es una excusa y me dio pal pelo. Hacía mucho tiempo que no me lo pasaba tan bien en el agua. En ocasiones nos centramos en nuestras sesiones pero desde hace unos años me doy cuenta que para mi lo que mas me llena hoy en día es mostrar mi pasión por la mar y que otros lo disfruten también. Me pasa ya no solo con mi hijo o amigos, sino con todos los proyectos que tengo de inclusión, igualdad y colectivos con riesgo de exclusión social.
SURFING, RESPECT, ENJOY & LOVE. KEEP SUPING.
PD: Resto de días nada de agua porque la conciliación familiar es complicada ya que una sesión de olas conlleva mas o menos entre una cosa y otra unas tres horas, por lo que me sigo decantando por jugar al padel que me lleva la mitad de tiempo y mas cerca de casa.