Otra semana marcada por las diferentes condiciones vividas, si es que es cierto eso que se dice de que en la Tierruca en un mismo día puedes vivir prácticamente las cuatro estaciones. Es una pena que varios de los días que no he entrado al agua ha sido realmente porque no me ha cuadrado, ya que en algunos momentos mientras trabajaba si lo hubiera podido hacer, pero vamos uno no vive del aire y tengo que cumplir antes que disfrutar como todo hijo de vecino. Así todo, no me ha ido tan mal como me esperaba viendo las previsiones, aunque si que me arrepiento de no haber podido aprovechar algún baño en el Sardinero por pereza al ver tanta gente en el agua o estar algo cansado de tanto ajetreo que en ocasiones pasa factura. No sabría como titular este nuevo post dentro de la saga de Weekly Report que he creado este año en el blog tras el desconfinamiento pero bien podría haber sido: "3 playas en 3 días con 3 disciplinas diferentes igual a triple diversión".
El miércoles, arrepentido de no haber entrado el martes, cogí los bártulos al salir de trabajar y marche directo a la playa del barrio. Una vez allí desde el acantilado me percataba que había cuatro bodyboarders cogiendo olas que me parecían de tamaño medio. No me lo pensé ni un segundo, me puse el traje, cogí las aletas y el kneeboard, si estáis leyendo bien, me apetecía ir a esa playa y con el mar que daban solamente podría hacerlo con las dos disciplinas mencionadas en este párrafo siendo la segunda mas rápida y creyendo que me iría mejor. Conseguí salvar la sesión, pero tenía que haber entrado con un booguie, ya que había mas mar de lo que me pensaba y salían los tubos cuadrados. Al llegar se salían dos de los bugueros y los otros dos se quedaban con el invento roto por la violencia que tenían las olas en la bajamar con tanto rebote. Mi intención era quedarme en el rabillo y coger solo entre series. Acerté de pleno cogiendo tres buenas a pesar de darme varios buenos castañazos. Jono volaba que daba gusto verlo. Estuve menos de una hora, pero acabe agotado tras estar cinco días sin entrar al agua, mereciendo la pena la espera.
El jueves me decanté por esperar a la tarde para intentar entrar al agua aprovechando que comenzaba a subir la marea sin mucho viento y con olas en torno al metro justo enfrente del skatepark de Somo. Tuve peor olas que los que me sustituyeron en el pico, pero bueno merece la pena estar prácticamente solo, ya que solamente coincidí con tres amigos alemanes, un longboarder nacional y al final otro surfero foráneo. Luego cuando salí comenzaba a llegar gente aunque las olas mejoraron mucho. Por mi parte, contento porque la ola iba bastante complicada, pero tuve buena lectura de la misma. Al principio, decidí estar en el rabillo porque cerraba al ir muy rápida debido a que le faltaba algo de agua. Me sirvió para tantear a mis compañeros de sesión y para ir entrando en calor. Tras ver que la ola ya rompía en su sitio cambie mi ubicación y empezó el Rock & Roll. La verdad es que la Full & Cas Huovo singlefin se adapta genial en cualquier tipo de ola media y simplemente había que dejarse llevar con un estilo old school de bombeo y giros redondos. Una pena que en un par de floaters me caí tras unas buenas cabalgadas.
El viernes me tocaba acudir de auxiliar en la clase de surf para la asignatura de actividades acuáticas del IES Las Llamas que tiene como monitor principal a Edu Jiménez y al que tengo que evaluar sus prácticas de nivel 2. Se esta saliendo y auguró que la surfhouse con escuela que esta a punto de abrir en Ajo va a ser un total éxito. La verdad es que es una pasada el ver que las nuevas generaciones pueden aprovechar la oportunidad de disfrutar de nuestro deporte dentro de una asignatura regladas dentro de su currículo académico. Eso es mis años mozos era imposible y no se si ellos le darán el valor que tiene. Para mi son veinte años a pie de cañón desarrollando, fomentando y difundiendo el surfing en todas sus variantes y vertientes consiguiendo cosas como esta de las que estoy muy satisfecho y me enorgullezco de poder escribiros estas breves líneas sobre ello por si alguno esta interesado en que podamos llevarlo a cabo en su zona de acción. Bueno el caso es que con todo el tema de covid-19 tenemos que estrechar mucho todos los protocolos, pero bueno la playa esta solamente a unos 500 metros aproximadamente del instituto en línea recta, por lo que manteniendo las distancias de seguridad, llevando las mascarillas y sin compartir material podemos realizarlo correctamente. Un año diferente en nuestra décima edición de la asignatura pero que de igual modo los alumnos van a disfrutar mas que nunca.
Las olas estaban algo mas grande de lo que pensábamos todos. Eran las condiciones perfectas para la primera sesión de olas dentro de la programación del primer trimestre de la asignatura. La primera clase tuvimos platazo aprovechando para hacer teoría en la arena mas remada en el agua, luego la segunda y tercera clase maretón, vendaval y lluvia, por lo que aprovechamos para mejorar la técnica en seco con trasferencias y siempre metiendo teoría con vídeos para culturizarles sobre todas las disciplinas surferas. Así que llegábamos a la cuarta con un sol radiante, buena temperatura y nada de viento. Nos temíamos que tendríamos que hacer juegos de remada, equilibrios y demás variantes para sacar la docencia adelante, pero sorprendentemente para todos había mas olas de la que nos esperábamos saliendo medio metro pegados a Piquio. Sabía que bajando la marea habría algo pero no tanto como lo que nos encontramos. Hemos disfrutado todos como enanos. Al principio, estuve sin tabla indicando, asesorando y ayudando manteniendo siempre las distancias de seguridad, para coger la tabla casi al final de la práctica de agua para cogerme alguna que otra ondulación. No me puse morado que conste en acta pero la media docena que pude cabalgar me supieron a gloria.